Estimados socios de Arica a Puerto Montt, estamos a vísperas de celebrar Navidad, una festividad profundamente familiar donde redescubrimos el valor de volver a ver y estrechar a aquellos que amamos y que por diversas razones llevamos tiempos sin poder abrazar. Sin embargo, este año las circunstancias son muy diferentes a cualquier otro año, que ninguno de nosotros haya visto en el pasado.
Por demasiado tiempo nos hemos visto privados de expresar nuestros sentimientos, como lo dictan nuestros afectos por el bien y seguridad de todos quienes amamos; y hasta que no sea seguro procede que siga siendo así, esperamos por no mucho más tiempo.
Todos tenemos sentimientos asociados con Navidad, algunos recuerdan aquel viejo juguete que nos hizo tan felices en nuestros años de infancia, otros recordarán aquellas coloridas y ruidosas cenas aclanadas donde las ensaladas pasaban de mano en mano, y tal vez otros recordarán con nostalgia la sonrisa de sus hijos cuando les regalaste aquello que tanto deseaban.
De eso se trata. No somos seres individuales teniendo experiencias individuales, sino seres sociales teniendo experiencias de comunidad, y pese al momento, este es un aspecto que no podemos olvidar ni se puede perder en nuestra memoria.
El mensaje es ese, si deseamos experimentar felicidad en estas fiestas regalemos algo verdaderamente personal. Como dice el ancestral sabio: “Quien quiere tener amigos, muéstrese amigo”. Regalemos la oportunidad de escuchar al otro, enterémonos de lo que el otro tiene que decir, lo que el otro está experimentando, y de todos aquellos afectos guardados, lo que el otro necesita.
El país y el mundo está enfrentando el momento más crítico de nuestra generación, asociado a momentos nacionales que están generando cambios impensados hasta hace unos años, y que de paso ha hecho evidente un quiebre que parecía invisible, pero que era tan real como el Sol de todos los días. ¿Cómo llegamos a esto? Porque una parte de la sociedad dejó de pensar en el otro, no se permitió oír, y dejó de interesarse en su realidad. Ahora que el país despertó, aquella parte que perdió la capacidad y el deseo de escuchar, ahora se da cuenta que al ignorar lo que le pasaba al otro, se perjudicaba a sí misma.
Que este tiempo de reflexión alcance a todos, y que todos podamos comprender que la responsabilidad del bienestar de todos, pasa por todos. Como enseña el profesor, científico y premio nacional de ciencias, Humberto Maturana: “respetando al otro como legítimo otro en la convivencia”.
Deseamos que cada una y cada uno de ustedes tenga una Navidad significativa y segura, cuidando a los miembros más vulnerables de nuestras familias y nos alegremos de saber que en ese pequeño espacio de armonía yace el sueño de un país que aspira a renacer fraterno, donde cada uno importa y donde nadie sobra. Feliz Navidad.
Cordialmente,
Sindicato N°2 Asc.Schindler
Feliz navidad para todos y que disfruten junto a sus seres queridos